Es una promesa que te hago:
No te irás con esa cara que traías de agobio y tristeza.
Voy a prepararte una supercena y voy a hacerte reír
hasta que vuelvas a creer en el género humano.
Después voy a hacerte gemir
para que se entere todo el género humano
de que como sigan poniéndote problemas se las verán conmigo.
Tú eres mi niña, eres luz.
Cuando digo este tipo de cosas siempre sonríes:
Has empezado a creer.